
Pentecostés
no es una fiesta autónoma y no puede quedar sólo como la fiesta en honor al
Espíritu Santo, a pesar de que hoy en día son muchos los fieles que aún tienen
esta visión parcial, lo cual lleva a empobrecer su contenido. En Pentecostés
los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación
existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del
Espíritu Santo. Junto a ello, celebramos en nacimiento de la Iglesia, quien con la fuerza del Espíritu, fue impulsada a proclamar el Evangelio.
Os invitamos a todos a participar en esta oración.